Hablar sobre adicciones puede ser tema
de debate, pues la mayoría de nosotros afirma conocer casi todo sobre el tema y
estar a favor o en contra del uso de ciertas sustancias, otros consideran que
las adicciones solo se refieren a sustancias químicas o naturales. En este
artículo abordaremos qué es lo que ocasiona una adicción, cuales son los
factores de riesgo, consecuencias y si existe un tratamiento.
Nueva perspectiva
Anteriormente se pensaba que las
personas adictas a las drogas y al alcohol tenían moralidad deficiente y
carecían de fuerza de voluntad y no de salud. Es por eso que en lugar de ser
tratadas terapéuticamente eran castigados y tratados negativamente. Sin embargo
con el paso del tiempo esa perspectiva ha cambiado hacia las adicciones y al
adicto han cambiado. . La doctora María Elena Medina Mora Icaza, directora del
hospital de psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” explica el porqué de este
cambio. Nora Volkow directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas
de Estados Unidos, observó en imágenes cerebrales la influencia de las drogas
sobre diversas zonas del cerebro encontrando la causa física de la dependencia
de sustancias químicas como la cocaína y os opioides. Esta reacción los llevó a
darse cuenta de que no era falta de voluntad sino más bien una enfermedad,
porque las drogas modifican la química, estructura y el funcionamiento del
cerebro.
Efectos de algunas
sustancias
Nicotina: Estimulante
que se encuentra en cigarros y otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al
fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas
cardiovasculares.
Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos.
Las áreas cerebrales especialmente vulnerables a esta droga son la corteza
cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el
cerebelo (coordinación de movimientos). Mariguana. Puede dañar la memoria y el
aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación.
Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así como elevar el
riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Inhalables: Sustancias volátiles que se
encuentran en muchos productos caseros, como pinturas, pegamentos y algunos
aerosoles. Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones,
los pulmones y el cerebro.
Cocaína: Estimulante por la brevedad de sus
efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar
graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas
respiratorio, nervioso y digestivo.
Fuente:
National Institute on Drug Abuse
Enfermedad crónica
El Doctor Rubén
Baler afirma “la adicción es una enfermedad que progresa por etapas”. Explica
que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la
euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte en una enfermedad
crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros
signos de dependencia. Algunos signos que sugieren adicción son los siguientes:
consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en drogas
más de lo que se tiene, extralimitarse para obtenerla y sentir que se necesita
la droga para funcionar cotidianamente.
Cuando se abusa de las drogas se
alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo
cardiaco, la respiración y el sueño; la corteza cerebral, que procesa la
información sensorial y nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar
decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el llamado circuito de
recompensa del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a repetir conductas
necesarias para la supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener
sexo.
Al ingresar en el cerebro las
drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso
normal de intercambio de información neuronal. Al consumir alguna droga el
mensaje neuronal se intensifica, impidiendo una comunicación adecuada. La
mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor
llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de
placer. El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas
naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas de dopamina
producidas al consumir la droga y por ende cada vez le pedirá aumentar la dosis
para obtener el mismo efecto y si no lo obtiene lo lleva a la apatía y
depresión. A esto se le conoce como el síndrome de abstinencia con síntomas
como ansiedad, irritabilidad, nauseas, insomnio, episodios de sudoración,
temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
El consumo
crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones
adecuadas. Según Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan
al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tienen
consecuencias catastróficas.
Biología y ambiente
La propensión a las adicciones
proviene de varios factores biológicos y ambientales. Baler afirma que no
existen personas sin riesgo genético absoluto. El que se manifieste el
comportamiento adictivo dependerá tanto de lo genético como del entorno. Sin
embargo afirma que hay personas que pueden definirse como más vulnerables, las
personas proclives a conductas de riesgo o la búsqueda de novedades.
Entre los principales factores de
riesgo se encuentran la conducta agresiva temprana, habilidades sociales
deficientes, la ausencia de supervisión paterna, compañeros o amigos que abusan
de sustancias, la disponibilidad de la droga y la pobreza entre otras.
Entre los factores de protección
están el autocontrol, las relaciones positivas, la supervisión y el apoyo
paterno, la información, políticas contra el uso de drogas y la cohesión
comunitaria.
Dependencia física
Para que se desarrolle una adicción
importa igual lo adictiva que sea la droga, su disponibilidad y lo aceptable
que la considere la sociedad. Hay sustancias adictivas por si solas como la
heroína y otras como el alcohol o el tabaco que producen dependencia muy rápido
solo en personas propensas. Sin embargo hay más personas adictas a la nicotina
que a la heroína o cocaína ya que el acceso a la primera es mucho más fácil.
La adolescencia, factor de riesgo
Los adolescentes suelen tomar sus
decisiones a partir de las emociones y no del juicio y el raciocinio, es más
probable que abusen de las sustancias. Ya que la parte del cerebro encargada
del juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla después de los
veinte. "La adolescencia es una época en la que se están desarrollando
todas las conexiones y exponer el cerebro a las drogas a esa edad tiene
consecuencias mucho más dañinas", indica la especialista. Los daños que
causa la mariguana en el cerebro pueden ser reversibles en las personas que la
empiezan a consumir en la edad adulta, pero no hay evidencia de que lo sean
cuando el abuso comienza en la adolescencia.
Según la especialista, los adolescentes no deben ni beber, ni fumar, ni
usar otras drogas, tenemos que trabajar con todas las políticas públicas que
nos ayuden a protegerlos.
En la actualidad hay debate sobre el
uso de la mariguana con fines medicinales, sin embargo eso no significa que no
tenga nada de malo y a pesar de ser natural no está exento de generar una
dependencia de quien lo usa.
Adicción sin sustancia
Se
ha descubierto que para que haya una adicción no necesariamente tiene que
tratarse de alguna sustancia. Los mismos mecanismos cerebrales que participan
en la adicción a las drogas aparecen en la compulsión de comer y el consecuente
desarrollo de la obesidad. El exceso puede provocar una descompensación en el
circuito de recompensa, impulsándolo a buscar más alimentos, o también puede presentarse
como otras conductas como la adicción al seco y a los juegos de azar.
Problemas mentales y vulnerabilidad
Aproximadamente
60% de las personas con problemas de abuso de sustancias tienen también una
enfermedad psiquiátrica. Puesto que al consumir alguna sustancia puede sentirse
compensado y en un estado de tranquilidad mientras el efecto dure, pero eso no
quiere decir que su padecimiento psiquiátrico haya desaparecido. El uso de la
mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión.
Consecuencias conductuales, familiares y sociales
Dependiendo de la sustancia y del
tiempo que se haya empleado, los efectos sobre la salud pueden ir de
enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer, al desarrollo de trastornos
mentales irreversibles. El adicto corre también el riesgo de sufrir o infligir
a otras personas algún daño no intencional, o incurrir a actos de violencia o
delitos por la influencia de las drogas o la abstinencia. La doctora Medina
afirma que la familia también se ve afectada ya que modifica su calidad de vida
e incluso tiene un impacto emocional, económico y social. Por esta razón se
buscan enfoques de tratamiento que permitan a las personas con adicción
abandonar la sustancia, pero al mismo tiempo que modifiquen, desde el aspecto
bioquímico y conductual, las causas que provocan y agravan su adicción. Algunos
pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias
cognitivo-conductuales o intervenciones motivacionales, entre otras terapias de
eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con
fármacos. A lo que Baler añade es que el mensaje importante es que la adicción
conlleva el desajuste de muchos circuitos, y que para tratar al adicto deben
tenerse en cuenta todas las disfunciones al mismo tiempo.
El tratamiento puede definirse según la
persona, la sustancia, el ambiente en el que vive, sus recursos internos y
externos. Se requiere
una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que
aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una
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Como otras enfermedades, la adicción es
crónica e incurable, por lo que puede sufrir recaídas, pero puede controlarse
para mejorar la calidad de vida. Las recaídas no debería verse como fracaso,
solo indica que el tratamiento debe repetirse.
Para evitar llegar a necesitar
tratamiento Rubén Baler propone la prevención universal. Promover lo positivo.
Todo lo que promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo
absoluto de sustancias. Como sociedad tenemos que trabajar para no facilitar el
acceso a las sustancias a corta edad.
Reflexión personal
Elegí el tema pues es uno de los que ha
creado controversia en el país con la legalización del uso de la mariguana,
además de que a pesar de ser tan comentado a veces no se tiene la información
correcta y específica sobre las consecuencias de su uso.
Bibliografía
Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. Recuperado el 13/04/15, de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto